Hoy jueves a las 20:00h inauguración de la exposición "Azul en el paisaje" de Ana Sediles en la galería Finestra Estudio. Esta exposición está integrada por una veintena de obras, realizadas en estos dos últimos años. He utilizado la técnica de la acuarela y el acrílico. La acuarela es una práctica constante y constituye una experimentación sistemática de las posibilidades expresivas del color y la luz.
Expresar los sentimientos a través de las formas. Paisajes que tienen un significado, recuerdos de una época, sentimientos, emociones, paisajes que pasan y quedan en el recuerdo, y a la vez siguen estando presentes. Arboles, agua, luz, estaciones que pasan... Es una incorporación del paisaje al propio lenguaje, a través de una estructura con luces y sombras, los reflejos, el discurrir del agua, nos sugiere sensaciones. Atracción por las relaciones agua, vegetación, espacio, ritmos.
Es un intento de plasmar la forma por medio de la mancha. Atmósfera, línea, color, textura, materializar las ideas en imágenes. Paisajes que inspiran y de los que se extraen los elementos precisos, es una penetración en la intimidad del paisaje. Cualquier motivo, por simple que sea, si aparece bañado por la luz y es contemplado con ojos fervientes, posee belleza.
El color azul se asocia con el mar y el cielo allí donde la naturaleza viva y palpable se puede concebir de la forma más abstracta. El azul no tiene dimensiones, está más allá de las dimensiones que forman parte de los otros colores.
Luz y forma, color y geometría. Y el paisaje se hizo luz: luz del universo, del campo, de la ciudad, del mar... luz de la cotidianidad, del drama, de la fiesta.
Forma y color, símbolo y luz. El interior y exterior aúna luz diurna y nocturna, estallido cromático y serenidad celeste. Luz plástica, luz real... en definitiva luz que inunda nuestro mundo. El azul es el color del cielo, de la lejanía, de la nostalgia, de la inmensidad. "Este color ejerce sobre el ojo un efecto singular casi inefable.
Como color es una energía...Hay algo de contradictorio en su apariencia, de excitación y quietud a un tiempo. Del mismo modo que vemos azul el alto cielo o las montañas lejanas, así parece como si una superficie azul retrocediera delante de nosotros. Del mismo modo que nos gusta perseguir un objetivo agradable que huye ante nosotros, así nos gusta ver el azul no porque penetra en nosotros, sino porque nos atrae."
Johann Wolfgang von Goethe, teoría del color, 1810.
